El objetivo básico y principal de este blog es glorificar al Señor Jesucristo y proclamar las verdades eternas reveladas por DIOS a través de las Sagradas Escrituras, poniendo a disposición de los usuarios de esta web,
de buen material bíblico... por un lado, para que muchos cristianos sean edificados y amplien su conocimiento en la verdad llevándoles así, por el Espíritu de Dios, a un mayor crecimiento en fe y obediencia
al SEÑOR. Y a otros, que aun no son creyentes, sean llevados a nueva vida en Cristo por el arrepentimiento
de sus pecados y la fe en el SEÑOR Jesucristo, como su único Señor y Salvador.
Así que, la fe viene del oír, y el oír (predicada), la palabra de Dios... Romanos 10:17
Que la palabra de Cristo habite abundantemente en vosotros... Colosenses 3:16

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domingo, 15 de abril de 2012

El heroe del Titanic

TITANIC, el que llamaron el buque de los sueños, partia del puerto de Southampton el 10 de Abril de 1912 rumbo a Nueva York.

El TITANIC era el más grande y lujoso barco jamás construido en el momento de su botadura. Un buque al que algunos tacharon de "insumergible" por la confianza que se tenia en la suprema tecnologia usada y condiciones de seguridad que eran notorias para la época.


Sin embargo, tal dia como hoy hace exactamente 100 años que el TITANIC, el más famoso trasatlántico de la historia, chocaba a las 23:40 del 14 de Abril y se hundia velozmente poco después a las 2:20 en la madrugada del dia 15.

Famoso por su efímera vida y por las providenciales circunstancias en las que se vio envuelto su hundimiento.
Hay muchas historias que se cuentan de hechos ocurridos entorno al TITANIC. Pero hay una historia que no muchos conocen y que nos habla de un hombre que hasta su último aliento, luchó para salvar lo mas valioso que un ser humano posee... EL ALMA.
Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? O ¿qué dará un hombre a cambio de su alma? (Mateo 16:26)

John Harper, nacido en Escocia, en el contexto de un hogar cristiano en 1872, se convirtió al Señor Jesucristo cuando tenía 14 años de edad y de inmediato comenzó a manifestar una intensa pasión por compartir con otros el mensaje del evangelio, una pasión que lo dominó por el resto de su vida.

A los 17 años comenzó a predicar en las esquinas y las calles de su villa en Escocia, llamando a los hombres al arrepentimiento y a la fe en Jesús. Durante 5 ó 6 años se mantuvo dedicado a esta labor, trabajando durante el día en un molino para poder sostenerse económicamente; hasta que un pastor Bautista de Londres, E. A. Carter, hizo posible que pudiera dedicarse por entero a la predicación de la Palabra de Dios.




En 1896, a los 24 años de edad, Harper comenzó a pastorear su propia iglesia en la ciudad de Londres, con apenas 25 miembros; 13 años después la membresía era superior a los 500. Durante ese lapso de tiempo, John Harper se casó y tuvo una hija a la que llamaron Nana; pero su esposa murió cuando la niña era aún muy pequeña.
Su celo como evangelista llegó a ser tan conocido, que la iglesia de Dwight L. Moody en Chicago lo invitó a viajar a los Estados Unidos en dos ocasiones para predicar. Y fue precisamente en el segundo de esos viajes que sucedió el incidente nos ocupa, el cual ha sido conocido en parte por el testimonio de su hija Nana, que en ese tiempo tenía unos 6 años de edad.





Ella recuerda que cerca de la media noche el barco chocó con un Iceberg y comenzó a hundirse. 


 Y aunque su padre creía que otro barco iría a rescatarlos, como una medida de precaución, puso a la niña en uno de los botes salvavidas, dejándola al cuidado de un primo suyo mayor que ella que también los acompañaba en el viaje (esa medida de precaución le salvó la vida a Nana Harper, que murió en 1986 a la edad de 80 años).

Él, entonces, hizo la última evangelización de su joven existencia. A la medida que las aguas heladas comenzaron a invadir al navío oyeron a Harper gritando: "Dejen que las mujeres, los niños y los que no son salvos suban a los botes salvavidas". Los sobrevivientes relataron que Harper se quitó su propio chaleco salvavidas y lo dio a otro hombre. "No se preocupe por mi", dijo. "Yo no estoy yendo para abajo, estoy yendo para arriba; usted lo necesita más que yo". Cuando el navío comenzó a hundirse, más de 1500 pasajeros saltaban o caían en las aguas heladas. Muchos se hundian gradualmente o se congelaban hasta la muerte. Harper fue visto nadando entre los pasajeros, persuadiendo a todos los que podia a creer en Cristo.

Pero hay una parte de la historia que no conoceríamos, a no ser por el testimonio que un joven escocés compartió lleno de lágrimas 4 años más tarde, cuando los sobrevivientes del Titánic se encontraron en Ontário, Canadá. contando cómo John Harper lo condujo al Señor Jesús.



Él cuenta que estaba flotando en el agua helada, agarrado de uno de los escombros del barco, cuando Harper que tratando de mantenerse a flote asido a un palo de madera, luchaba en las aguas muy cerca de él, le gritó: “¿Eres tú salvo?”





- “No, no lo soy”, le respondí.

- Entonces
Harper gritó las palabras de las Escrituras: “¡Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo!”.

   A lo que yo no respondí...
 

- Las olas alejaron a Harper, pero un poco después fue empujado otra vez a mi lado. nuevamente Harper preguntó en alta voz: “Y ahora ¿eres salvo?”.

- “No”, le respondí. ...
Con el último soplo de su respiración, Harper gritó: “¡Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo!”
Después de haberme insistido predicándome el evangelio, entonces, perdiendo su asidero en la madera, y sumergiéndose debajo de las olas por última vez, Harper se hundió.
 

-Y allí, sólo en la noche y con dos millas de agua bajo mis pies, confié en Cristo como mi único Señor y Salvador. ...Yo soy el último convertido de John Harper.
De las más de 1500 personas que cayeron en el agua esa noche, 6 fueron rescatadas por los botes salvavidas. Uno de ellos era este joven que creyó en Cristo. Hasta el último suspiro de su vida Harper fue dominado por la pasión de compartir con otros el mensaje del evangelio, y estando a punto de morir ahogado, fue el instrumento que Dios usó para que ese joven pusiera su confianza en Cristo para ser salvo.
La historia del TITANIC es como la historia de la humanidad. TODOS viajamos a bordo de un barco que va a chocar y va a hundirse sin remedio. La única forma de salvarse es estar a bordo de un bote salvavidas. Solamente Cristo es nuestro bote de salvación. Aquel que confia en Él como el único medio para salvarse, será salvo. Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre, quien se dio a sí mismo en rescate por todos, testimonio dado a su debido tiempo. (1 Timoteo 2:5-6)



Todos aquellos que en el TITANIC tenian puestos sus chalecos salvavidas, pero que cayeron al agua, murieron en cuestión de minutos a causa de las gélidas temperaturas. De nada nos sirve confiar en llevar puesto nuestro chaleco,  nuestro "propio medio" de salvación. No es por nuestros propios medios sino por los de Cristo, que viviremos.


Dios quiere que nos arrepintamos de nuestros pecados y creamos en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad. (1ªTimoteo 2:4)


Cristo dice en Su Palabra:
Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en mí, no morirá* jamás. ¿Crees esto? (Juan 11:25-26)
*se refiere a la muerte eterna en el infierno....


Seria una insensatez querer perecer con el TITANIC...



Cuando puedes llegar al puerto prometido...



 ...el que tiene sed, venga; y el que desee, que tome gratuitamente del agua de la vida.
(Apocalipsis 22:17b)


Quizás hayas escuchado el mensaje de que en Cristo hay salvacion para todo aquel que SE ARREPIENTE y confia en Él...y quizas lo hayas escuchado más de una vez... la pregunta ahora es...
Igual que Harper te pregunto: Y AHORA. ¿ERES SALVO?
Si tu respuesta aún es no... haz lo mismo que ese joven naufrago... Entrégate a Dios, abraza a Jesucristo por la fe y pidele perdón...



Buscad al SEÑOR mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cerca. Abandone el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al SEÑOR, que tendrá de él compasión, al Dios nuestro, que será amplio en perdonar. (Isaías 55:6-7)



Datos extraidos del blog del Pastor Sugel Michelén: www.todopensamientocautivo.com y otras fuentes.
 

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